1811: Cuando Orán desató una disputa entre Salta y Jujuy

 


1811: Cuando Orán desató una disputa entre Salta y Jujuy

Por Gustavo Álvarez -  Orán, Salta.

El historiador jujeño Raúl A. Domínguez Paredes[1] refiere un singular hecho ocurrido en los mismos inicios de la guerra de la Independencia, cuando a comienzo de 1811 surge un conflicto entre el gobierno de de la Provincia de Salta y el Cabildo de Jujuy, ciudad por entonces subalterna de aquella capital.

En su texto, Domínguez relata que “el 23 de marzo de de 1811 llega a San Salvador de Jujuy un vecino proveniente de Orán, Cipriano de Lamadrid, quién expresa la gravedad que transita su ciudad al solicitar auxilio a través del camino de la Quebrada. La sala Capitular se informa que ‘un crecido troso de indios que acaudillados por los de la Reducción de San Ignacio han atacado y destruido parte de aquella población’[2] (…) Seguidamente, en el mismo día de recibida la noticia sobre Orán, los capitulares jujeños sin previa consulta ni a la espera de órdenes por parte del Gobernador intendente (de Salta), resolvieron ayudar a ese vecindario y proteger la frontera chaqueña, acordando que ‘el Alcalde Ordinario de Segundo voto (Julián de Zegada[3]) a quien se le comicia para el efecto pasará con cuatros vecinos honrados, y hará despachar con un Oficial las Cajas, y si de la Sisa no hubiese dinero extraerá de la Real Hacienda la cantidad de mil pesos’[4]. La ventaja geográfica que Jujuy tenía por su aproximación a Orán, sumado a la importancia de la frontera como el lugar donde se ubicaban las haciendas de algunos vecinos jujeños, motivó que la sala capitular tomase las riendas del asunto, comenzando con la medida de enviar armas, municiones y hombres al lugar del conflicto, acompañado de la sustracción de mil pesos de las Cajas Reales para cubrir gastos requeridos”.

Recordemos que ya antes de la fundación de la ciudad de Orán (desde la época de la creación de la misión de Nuestra Señora de las Angustias en el año 1779) existía en el Valle del Zenta un Fuerte y Regimiento de Frontera, establecido para el control de los aborígenes del Chaco. En su “Descripción de las Misiones”  del año 1800 Fray Antonio Comajuncosa señala que para esa época el Fuerte de Orán “mantiene 24 soldados pagados del ramo de sisa: al capitán le dan 200 pesos anuales, y al alférez, sargento, cabo y demás soldados, les dan por igual 95 pesos y sus raciones. Cuando hay algo que hacer, se llaman y ocupan los milicianos que se necesitan"[5]. Con la fundación de Orán en 1794 estas milicias son incorporadas al Regimiento de Dragones de la ciudad (soldados de dedicación exclusiva o “veteranos”) bajo el mando de Don Diego de Pueyrredón, uno de los vecinos notables que participa en la fundación de Orán[6]. Hacia 1810 la tropa del Regimiento Orán rondaría aproximadamente los veinticinco soldados, a los que comúnmente se sumaban “milicianos”, peones rurales y aborígenes que se ocupaban como refuerzos militares temporarios.

Pero apenas iniciada la lucha por la Independencia, los soldados del Regimiento Orán son destinados a la guerra contra las fuerzas realistas. Por su vasta experiencia militar en la zona, Diego de Pueyrredón (que todavía permanecía en la jefatura de las fuerzas de frontera cuando se produce la Revolución de 1810) es comisionado por el Gobierno Revolucionario de Buenos Aires al frente de una “Partida de Observación” sobre el territorio de Jujuy. En agosto de de ese año Pueyrredón destaca a un joven teniente salteño, Martín Güemes, en una avanzada sobre Humahuaca, poniendo bajo su mando las tropas llegadas desde Salta y las milicias de los Regimientos de Orán y Ledesma. El 7 de septiembre de 1810 escribe Pueyrredón al Gobernador de Salta: “Esta es tropa de toda confianza, y con los que V. S. me despachó de esa Capital, hemos formado una fuerza respetable a las tropas forzadas y mal contentas del Perú. En el instante que lleguen los partidarios de Orán y Ledesma caminarán a reunirse[7].

Así es que para comienzos de 1811 la frontera jujeña de Ledesma y el Valle del Zenta se hallaba sin protección militar, lo que seguramente fue aprovechado por las poblaciones aborígenes para avanzar sobre los territorios del los que habían sido privados a partir de fundación de Orán. De allí el explicable pedido de socorro de los vecinos de aquella ciudad a través de Cipriano de Lamadrid, al que el Cabildo de Jujuy respondió inmediatamente con los fondos de “sisa”, el impuesto a la actividad comercial que se tributaba a las Cajas Reales desde la época colonial.

Efectivamente, una expedición al mando de Manuel Fernando de Espinosa (Comandante de Armas y Alcalde de 1° voto del Cabildo jujeño) “marchó por Calilegua hacia Orán[8], dirigiéndose por esa vía debido a que, con el ataque a la ciudad de Orán, se veían principalmente amenazadas las haciendas de Ledesma y San Lorenzo (o Calilegua), pertenecientes a la influyente familia del cabildante Zegada. Pero es precisamente este socorro el que despertará una vez más un conflicto en torno a la jurisdicción de Salta sobre Jujuy, cuestión desde antaño latente entre ambas ciudades.

En su libro, el historiador Raúl Domínguez continúa explicando que el Gobernador de Salta, Tomás de Allende (nombrado por la Junta Revolucionaria de Buenos Aires desde diciembre de 1810), envió el 26 de marzo de 1811 un oficio al Cabildo jujeño donde expone “el escándalo de despachar las Caxas reales violentamente perpetrado por el Comicionado del Cavildo Alcalde Ordinario de 2° voto Don Julián Zegada usurpando jurisdicción, y mando de Armas pribativó a esa Junta con sujeción a esta provincia, que reside en la Capital” (sic)[9]. Es decir, reclama sobre la decisión del Cabildo de Jujuy (inconsulta con el gobierno de Salta) de auxiliar a Orán financiando las tropas de auxilio con fondos oficiales. Por su autoridad como Gobernador, Allende también “restituía a su presidente Comandante de Armas, y vocales al mando de la tropa que despojándole aquel Ilustre ayuntamiento encargó al Alcalde Ordinario de 1° voto para auxiliar al vecindario que va destacado hacia la hacienda de San Lorenzo propia de los Zegadas[10], desautorizando así la expedición de Espinosa. Además, el Gobernador Allende impuso importantes  multas, mandando que “a cada uno de los Cavildantes que firmaron los oficios de19 y 23 se le saquen cien pesos” para restituir los mil pesos que habían sido retirados de los fondos públicos. Finalmente, unos días después Allende tomó una medida tajante, que consistió en suspender del desempeño de los cargos a todos aquellos (cabildantes) que habían participado en el oficio del 19 y 23 de marzo por los que se había ordenado la expedición hacia Orán, reemplazando a sus integrantes por otros nombrados por él mismo.

Este avance de la autoridad del Gobernador salteño, despertará la reacción de la ciudadanía jujeña, cómo expone claramente el texto de Domínguez: “El 10 de mayo de 1811 expresará mediante un cabildo abierto, un elaborado manifiesto que anhela ‘cortar la Dependencia funesta de Jujuy respecto de Salta[11]. Este manifiesto contará con la aprobación unánime de todo el Pueblo reunido en el Cabildo, y Espinosa[12] propondrá a los presentes que se elija a una persona para que viaje a Buenos Aires, con el fin de intensificar el proceso de la autonomía política, recayendo en Julián de Zegada para tal función, quien junto al diputado Gorriti, tramitarán en aquella ciudad el anhelo del Cabildo Jujeño en torno a su autonomía política  (…) Finalmente, el 29 de mayo la Junta porteña mediante un oficio comunicaba al Cabildo de Jujuy que ‘el Gobernador de Salta franquee a Vuestras Señorías todos los auxilios conducentes a no embarazar la inspección que solicita hacer de todas las fuerzas, de fuertes, armamentos y tropas de su jurisdicción[13], solucionando así el conflicto desatado en torno al cuidado de la frontera oriental. Luego todas las medidas aplicadas por el gobernador Tomás de Allende fueron consideradas nulas por la máxima autoridad rioplatense que, gracias a los informes de Gorriti y Zegada, tomó como inmediata medida la restitución de sus respectivos cargos a los capitulares que habían sido depuestos y la consecuente destitución de Allende en todas sus funciones”.

Este interesante relato, nos muestra a una ciudad de Orán que 17 años después de su fundación es todavía “territorio de frontera”, sometida a los avances de las poblaciones aborígenes que seguían revelándose ante la colonización de su territorio. A la vez, estos hechos fueron en cierto sentido consecuencia de la temprana participación de las milicias pertenecientes al destacamento militar de Orán en la lucha por la Independencia, las que al dirigirse apenas comenzadas las acciones bélicas hacia la zona de Humahuaca, dejan a la ciudad sin defensa ante los ataques aborígenes. Pero sobre todo, es un testimonio claro de los graves conflictos que subyacen a la integración de las distintas ciudades y provincias en aquella Patria naciente, muchas de las cuales (como en este caso ocurrió con Salta y Jujuy) se verán reiteradamente envueltas en disputas políticas y enfrentamientos en torno a los diferentes proyectos de nación que sostenían, aun durante el desarrollo mismo de la Guerra de la Independencia. Estos conflictos no pueden ser soslayados en el análisis de esta etapa de nuestra historia, y son el contexto de análisis imprescindible para comprender el desarrollo de los acontecimientos en el territorio salto-jujeño, principalmente entre 1815 y 1821.  

 

 

 

 



[1] DOMINGUEZ PAREDES Raúl (2015) Entre la fidelidad al Rey y a la Revolución de Mayo – El Cabildo de Jujuy en la década revolucionaria (1810 – 1820). Purmamarka Ediciones, Jujuy.

[2] ROJAS Ricardo, Archivo Capitular de Jujuy (A.C.J.), Tomo IV, Libro II, pág. 98.

[3] La familia de Zegada, era una de las más poderosas e influyentes de Jujuy, heredera de las haciendas de Ledesma y San Lorenzo (Calilegua), pertenecientes a Gregorio Zegada un próspero comerciante de la aristocracia jujeña y miembro notable del cabildo de aquella ciudad. Cfr. CRUZ Enrique. Propiedad, producción y mano de obra en el pedemonte surandino. El caso de las haciendas de la familia Zegada en los Valles Orientales de Jujuy, finales del siglo XVIII. México: Boletín Fuentes de Historia, 2001, n.16, págs. 105-122.  

[4] A.C.J. Tomo IV, Libro II, pág. 98.

[5] COMAJUNCOSA Antonio. Descripción de las misiones, al cargo del Colegio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Villa de Tarija. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002.

[6] Cédula Real de la Fundación de Orán. Cfr. en TERRONES, Roberto y BIDONDO, Emilio (1944). Orán a través de su historia (1794 a 1915). Salta: Comisión 15O Aniversario de la fundación de Orán, 1994.

[7] GÜEMES Luis, Güemes Documentado, Tomo I, pág. 200.

[8] SANCHEZ DE BUSTAMANTE Teófilo, Biografía, pág. 66.

[9] A.C.J.  Tomo IV, Libro II, pág. 100.

[10] Ibídem.

[11] A.C.J. Tomo IV, Libro II, pág. 121.

[12]Manuel de Espinosa, presidente del cabildo como Alcalde de 1° voto, quien había regresado exitosamente de su campaña hacia Orán.

[13] A.C.J. Tomo IV, Libro II, pág. 143.


Comentarios

  1. Bienas tardes. Excelente y oportuno trabajo del Lic. Álvarez. Útil para conocer capítulos desconocidos que sucedieron en la antigua Intendencia de Salta de la que Tarija también pertenecía desde febrero de 807 y no siempre fueron objeto de estudio ni difusión. Felicidades Gustavo...

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